Tanto el Yoga como el Pilates se han convertido en dos de las disciplinas más practicadas y recomendadas por especialistas de la salud en todo el mundo. Ambas son perfectas para mejorar y mantener nuestro tono muscular, aumentar flexibilidad y movilizar músculos y articulaciones que otros deportes no trabajan tan en profundidad. La práctica que proponen, de bajo impacto, puede seguirse en cualquier lugar, sola o en compañía, y esto también suma adeptos en cada rincón del planeta. ¡Descubre por qué se han convertido en un must en la vida de millones de personas!
1 Breve introducción al Pilates
¿Sabías que el creador del Pilates era un artista de circo?? Joseph Pilates, alemán y también boxeador, dio forma a esta disciplina basada en movimientos lentos y controlados para tonificar el cuerpo durante la I Guerra Mundial. En sus orígenes él lo llamó Contrología, por el uso que se hace de la mente para controlar el cuerpo, buscando el equilibrio entre ambos. Su creador llegó a desarrollar hasta 500 tipos de ejercicios que han llegado hasta nuestros días resumidos en algo más de 30 con diferentes combinaciones.
Materiales necesarios para practicar Pilates
Al igual que en yoga, la práctica de pilates ofrece muchas variantes y, por tanto, también los materiales a utilizar. Estos son los más comunes que se utilizan en el pilates convencional de suelo:
- Colchoneta: un básico que no puede faltar para amortiguar tus ejercicios y estar más cómoda mientras los haces.
- Pelota de Pilates o Fitball: por un lado, ayuda a trabajar los abdominales y la zona lumbar. Por otro lado, fortalece los músculos estabilizadores de nuestro cuerpo mientras haces los ejercicios sentados sobre ella.
- Aro o Pilates Ring: colocado entre los muslos o agarrado con las manos, con el aro de resistencia trabajamos músculos superiores e inferiores mediante movimientos repetitivos.
- Bloques o ladrillos: colocados en la espalda, cabeza o caderas, ayudan a mantener el equilibrio.
2 Aspectos básicos de la práctica de yoga
Más que un deporte, un estilo de vida milenario con una fuerte filosofía propia detrás. Originaria de la India, busca la unión de cuerpo, mente y espíritu consiguiendo un ejercicio de meditación a través de las distintas posturas o asanas. De hecho, la palabra yoga deriva del término en sánscrito yuj, que significa unir. Dichas posturas ponen en movimiento todos los grupos musculares de nuestro cuerpo con las que, además de tonificar, consigues un completo estiramiento y mejorar en flexibilidad. En esta práctica se trabaja activamente la concentración y la escucha del propio cuerpo para saber cómo responde ante las diferentes posturas. En definitiva, conocernos mejor a nosotras mismas.
Tipos de yoga
En su objetivo por lograr el autodescubrimiento y liberación a través del movimiento y la respiración, el yoga ha evolucionado a lo largo de los siglos dando lugar a más de 20 estilos de yoga físicos. Estas son algunas de las variantes más comunes:
- Hatha yoga: el término más tradicional. Una práctica lenta con posturas mantenidas y apto para todas las edades y niveles.
- Kundalini yoga: además de las posturas y la respiración, incorpora técnicas de meditación y mantras. Se basa en la repetición de una secuencia y la respiración continua para poner en movimiento la energía de todos los chacras. Perfecto si manejas altos niveles de estrés.
- Yoga Vinyasa: derivado del hatha, tiene como fin sincronizar respiración y movimiento para crear cierta fluidez. Te irá genial si tu objetivo es fortalecer los músculos y aprender nuevas posturas en cada clase.
- Yoga Bikram: también conocido como hot yoga al practicarse en una estancia a 40ºC. A los beneficios del yoga se une los de la vasodilatación y eliminación de toxinas.
- Ashtanga yoga: junto con el vinyasa, uno de los estilos más físicos en los que la sincronización de la respiración con los movimientos es la base.
- Acroyoga: muy popular ¡y viral! en los últimos años. El foco está en el equilibrio y la concentración. Fomenta el trabajo en equipo al depender de una pareja a la hora de practicar los equilibrios y acrobacias.
3 Pilates vs Yoga. Define tus objetivos
A la hora de decantarte por una de las dos disciplinas, tendrás que plantearte la razón por la que quieres iniciarte en alguna de ella: si buscas tonificar, ganar flexibilidad, mejorar alguna molestia de espalda o liberar estrés. Ten en cuenta de que mientras que el yoga es un entrenamiento lento y pausado en el que recrearte con cada postura y trabajar también la espiritualidad, en Pilates el ritmo es más rápido y dinámico donde se fomenta la fuerza central.
4 La importancia de meditación en la práctica de Yoga
Uno de los puntos fuertes del yoga es que te permite liberar estrés y trabajar tu parte interior mientras trabajas tu cuerpo siguiendo los diferentes asanas. Dependerá del profesor, pero, por lo general, las clases suelen terminar con un momento de meditación e integración de la práctica efectuada mientras entramos en una postura cómoda que nos permite encontrar la unión espiritual.
5 Pilates para aliviar las molestias de espalda
No te extrañes si el traumatólogo o fisio de referencia te recomienda que practiques pilates para mejorar tus dolores de espalda. En esta práctica se trabaja a fondo la zona central del cuerpo, el core: musculatura abdominal, lumbar, glúteos, erectores espinales y multífidos. El trabajo que se realiza es muy beneficioso para mejorar la postura corporal ya que evita descompensaciones y desequilibrios. Se hace mucho hincapié en la estabilidad y movilidad de la columna, pues una columna flexible es sinónimo de salud
6 ¿Qué ventajas ofrece el Pilates frente al yoga?
Si lo que buscas es algo puramente físico, un hábito saludable en el que desfogar desde el minuto uno con intensidad, decántate por el Pilates. Además, si entre tus objetivos está mejorar molestias en la espalda, el pilates se centra mucho en el core y en la corrección postural por lo que te vendrá genial.
7 ¿Qué ventajas ofrece el Yoga frente al Pilates?
Los beneficios del yoga van más allá de los puramente físicos. Si necesitas tu momento de desconexión del estrés diario y reconectar contigo misma y tu esencia, el yoga será tu mejor aliado. La relajación tanto mental como física que sentirás al final de cada práctica te enganchará desde el primer día.
Conclusión/cierre
En Slingo te animamos a que te sumes al yoga o al pilates a tus propósitos de este nuevo curso. Una buena idea para terminar de definir qué práctica va más contigo es probar una clase de cada. Y si las dos te atrapan por igual, no te cortes y combínalas. Se complementan genial y con una buena programación sacarás lo mejor de cada una mejorando tu flexibilidad, forma física y salud mental. ¡Importante! Recuerda no rendirte a la primera, algunas posturas pueden resultarte desafiantes, pero dale tiempo y en unos meses notarás los resultados.
